Nuestra vida en el poder de la ética

 La ética es una pieza fundamental para el desarrollo de nuestra vida. En el texto titulado “Ética por la Vida” escrito por el sociólogo ambiental Enrique Leff, podemos encontrar cómo el autor hace referencia a algo que el llamó “La ética de la Vida”; esto tiene que ver con la forma en la que buscamos la manera “correcta” de poder vivir, pero no vivir desde un aspecto superficial o de sobrevivencia, sino de vivir desde un punto de vista significativo, es decir, encontrando en la calidad de vida el verdadero sentido de nuestro vivir. En otras palabras, por Leff (2006), este plantea que: “La ética es una filosofía de vida, es el arte de la vida; arte y filosofía que no lo son de la vida orgánica, sino de la buena vida, de la calidad de vida, del sentido de la vida.” 

 Tenemos el pensamiento, pensamiento que en la actualidad es bastante debatido, que el estar vivo se debe a que nuestro corazón late y somos conscientes de nosotros mismos, se asocia el vivir con buscar la manera de mantenernos vivos, de sobrevivir en otras palabras, cuando realmente no es así. El vivir, aunque parezca hedonista, realmente de trata de lo que somos capaces de hacer por nosotros mismos, he incluso por los demás para mantenernos viviendo lo más tranquilos y en paz posible. Aunque parezca una utopía, a través de la ética, podemos tranquilamente vivir bajo los términos de una ética para la vida. 

 A lo largo del desarrollo de la historia de la humanidad, el ser humano ha ido cada vez más evolucionando según los conocimientos que poco a poco hemos ido adquiriendo y desarrollando a través de los años, formado así, culturas y civilizaciones hasta llegar al punto en el que os encontramos actualmente, a lo que somos hoy y a lo que seguiremos avanzando. Con esto pretendo decir que, el conocimiento que hemos ido acarreando mediante nuestras culturas, y, por lo tanto, a través del diálogo de los diversos saberes, es lo que nos dará las bases fundamentales para empezar a crear y adoptar en nuestra vida diaria la ética de la vida. Sobre esto, Leff (2006) comenta que: 

La unidad del conocimiento y el pensamiento único se abren hacia un diálogo de saberes, donde se confrontan diversas matrices de racionalidad. La ética de la sustentabilidad implica así el reconocimiento y la protección de conocimientos y saberes tradicionales que fundan formas diversas de convivencia entre culturas y naturalezas. 

Al pensar en una ética de la vida, tenemos que tener varios puntos en cuenta para poder entenderla y vivirla mejor, como, por ejemplo, que cuando se decide vivir bajo esta ética, es porque estamos cien por ciento convencidos de que somos capaces de mantener una vida ética, ya que es en pro a nosotros, a la vida; mejor lo explicaría Leff (2006) diciendo que: 

 La ética de la vida va dirigida a la voluntad de poder vivir, de poder desear la vida, no como simple reafirmación del instinto vital y más allá de la etología del animal humano que se arraiga a la vida, sino como la voluntad de poder vivir con gracia, con gusto, con imaginación y con pasión la vida en este planeta terrenal. 

Si bien es cierto que en nuestro día a día tenemos más factores que condicionan nuestra vida, considero que estas no pueden ser apartadas e ignoradas, pero que, sin embargo, de la mano de la ética, estas otras pueden ubicarse e incluso reubicarse de la manera que consideraríamos más conveniente, Leff (2006) bastante convencido y romantizando el panorama, indica que: “La ética es el camino para recrear sentidos existenciales; para que el sentido vuelva a ser sentido, para que la razón se reconecte con la pasión y el pensamiento con el sentimiento.” 

Finalmente, considero importante recalcar que es importante pensar que la vida no se trata de sobrevivir, se trata de vivir en paz, y a través de la ética para la vida se puede llevar a cabo; y no tomando esta como un manual de supervivencia que nos indica que debemos hacer y que no para mantenernos acá, sino más bien como un estilo de vida que nos brindará una calidad de vida lo suficientemente buena como para sentirnos deseosos de gozar de nuestra vida lo más ético y moralmente posible basándonos en los derechos realmente del ser. 

 “La ética por la vida es una ética al derecho de sentir y disentir. Y si el sentido de la vida del intelectual se afianza en su “tener razón”, y la del político en usar la razón para tener poder, la del simple ser humano se finca en su derecho a pensar y a sentir” 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 

Leff, E. (2006). “Ética por la Vida”. Revista Polis. Disponible en: http://journals.openedition.org/polis/5354 

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